Auntoconcepto vital en el proceso educativo entre maestros y estudiantes.

El autoconcepto se define en los niños como aquellos aspectos que le gustan o le disgustan a los niños sobre ellos. A su vez se puede dividir el autoconcepto en seis dimensiones específicas: felicidad y satisfacción, estatus intelectual y escolar, apariencia y atributos físicos, ansiedad, popularidad y conducta. También se define como la impresión u opinión que la gente tiene de sí misma. Es una identidad autohipotetizada, la cual se desarrolla a lo largo de muchos años. El autoconcepto incluye un conjunto de percepciones cognoscitivas y actitudes que la gente tiene de sí mismo. Es la suma total de las descripciones y evaluaciones que hace la persona. El autoconcepto determina el modo en que se organiza, codifica y usa la información que nos llega sobre nosotros mismos, condicionando la conducta futura, las personas que se ven positivamente, se conducen de modo diferente a las que se ven de manera negativa, ya que interpretan la realidad de una manera distinta. Desde muy pequeños y a partir de las primeras experiencias, el niño se forma una idea acerca de lo que le rodea y construye una imagen personal. Esta imagen es una representación que, en gran medida, corresponde a lo que otros piensan de él. A través de la adquisición de esa conciencia de sí mismos, los niños construyen, gradualmente a partir del tiempo y las experiencias vividas, su identidad personal, que es lo que le permite diferenciarse de otros y establecer relaciones interpersonales. Además el desarrollo de un autoconcepto positivo en los alumnos requiere de la existencia de un clima adecuado que le facilite y estimule la expresión del sujeto, la aceptación de sí mismo y de los demás. También, se debe considerar que el/la maestro(a) es el/la principal responsable de este clima, especialmente cuando muestran interés por cada alumno, acepta a los niños y les comunica su afecto y apoyo. El autoconcepto de los estudiantes se relaciona con el autoconcepto del profesor, ya que los que se ven a sí mismos de modo positivo proyectan esa imagen a sus alumnos y les proporcionan un modelo a imitar. A su vez los jóvenes ¿en pares?, generan un autoconcepto positivo respecto a su capacidad intelectual y de trabajo. Establecen relaciones de valoración y afecto con el conocimiento y las formas de aprender, generan hábitos de relación y cultura, y desarrollan capacidades instrumentales básicas para el aprendizaje a través de toda la vida. Mientras los maestros pueden ayudar a desarrollar el auto concepto y el aprovechamiento académico mejor en los estudiantes produciendo cambios en las destrezas de enseñanza. Por lo cual hay una correlación entre el autoconcepto y el éxito académico. Un autoconcepto elevado contribuye al éxito en la escuela y a su vez éste contribuye a construir un autoconcepto positivo. Sin embargo, hay características de falta de inmadurez en el pensamiento adolescente que influyen sus comportamientos. Dentro de las características mencionadas cabe señalar las siguientes: tendencia a discutir, indecisión, búsqueda de fallas en las figuras de autoridad, hipocresía evidente, autoconciencia y suposición de invulnerabilidad. En general el autoconcepto del maestro(a) se relaciona con el autoconcepto de los estudiantes, ya que los que se ven a sí mismos de modo positivo, muestran interés, se comunican y muestran afecto, proyectan esa imagen a sus alumnos y les proporcionan un modelo a imitar. Por otra parte el desarrollo de un autoconcepto positivo en los alumnos requiere de la existencia de un clima adecuado que le facilite y estimule la expresión del sujeto, la aceptación de sí mismo y de los demás. Guay F., Marsh H. & Boivin M. (2003). Academia self-concept and academia achievement: developmental perspectives on their causal ordering. Journal of Educational Pshychology, Vol.95, No.1, 124-136 Rivas, M. (2002). Los adolescentes y jóvenes en Puerto Rico: En estadísticas. Zona Franca. Rice, P. (1997). Desarrollo cognoscitivo. Desarrollo humano. Estudio del ciclo vital. Pearson Education: Méjico. (370-393). Villorroel, V. (2002). Autoconcepto y rendimiento escolar. Lectura y Vida, 5, 34-41. Villorroel, V. (2001). Relación entre autoconcepto y rendimiento académico. Psykhe,10(1), 3-18. FUENTE: | Psychoeduca http://psychopr.wordpress.com/2010/08/25/auntoconcepto-vital-en-el-proceso-educativo-entre-maestros-y-estudiantes/ |
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